Magnolia y Leo by Daniela Gesqui

autor:Daniela Gesqui [Gesqui, Daniela]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-02-02T00:00:00+00:00

* * *

A la noche, ceno sola.

Leo ha tomado una ducha, me propinó un beso en la sien y se fue a Domino, su bar, no sin antes aconsejarme que intentara descansar.

La soledad en esta enorme casa no se siente como tal. El aroma a sándalo del limpiador, la calidez de los robustos muebles de madera, el croar de los sapos y el chillido de los grillos es relajante.

Me preparo una sopa de verduras muy nutritiva y me siento frente al televisor de plasma sintonizando alguna película que me permita pasar el tiempo. Me siento a gusto imaginando que podría esperar a Leo con una cena caliente y un masaje reconfortante después de una larga jornada de trabajo.

Me arremolino en el sofá bajo una manta que cubre mis piernas y disfruto de este momento de paz y tranquilidad, sin los ruidos de la ciudad y el frenesí de mi trabajo.

Lo bueno de ser una de las socias de un bufete de abogados es que puedes tomarte las vacaciones que quieras con solo consensuarlo con el resto de los dueños. He sido cuidadosa al decirle a Hillary que me marchaba por unos días y que lamentaba no decirle adónde.

Ella nunca ha sido gran fan de Colton; no obstante, dudo que no haya sido el primer blanco de mi prometido a la hora de buscar información sobre mi paradero.

No confío en nadie más que en Leo y Logan. Esa es la pura verdad.

Echo de menos a mis hermanas y pagaría por que estuviesen aquí abrazándome y prometiéndome que esta pesadilla ya llegará a su fin. Es la primera vez que le concedo el control de las cosas a otra persona y cabe reconocer no se siente tan mal.

He cultivado tan pocas amistades durante estos años que nadie parece preocuparse por mi ausencia en Nueva York, lo cual no me es completamente indiferente; no le importo a nadie y eso puede ser indicativo de algo mucho más profundo.

Me pican los dedos por llamar a mi amiga Laura y decirle cuánto la necesito a mi lado, pero de seguro estará durmiendo a sus gemelos recién nacidos.

«Hijos. Esposo. Familia».

Tres palabras que pensé encontrar en el apuesto y elegante Colton Hicks.

«Nada más lejos».

Nunca hemos hablado de tener niños o de cómo nos las apañaríamos para criarlos. Mucho menos, si la educación Montessori es la mejor o si prefiere colegios de enseñanza tradicional, elitista y exclusiva. ¿Qué clase de pareja a punto de casarse no habla de formar o no una familia?

La mía, evidentemente.

En algún momento de la noche, me quedo dormida en la comodidad del sofá. La TV está apagada y el tintineo de una botella me sobresalta.

—¿Leo? —Parpadeo y pregunto por él esperando que lo sea. Caso contrario, no tardaré en mearme encima.

—Lo siento, cariño, debería ponerme felpa bajo las botas —bromea.

Avanzo en calcetines y me refriego los ojos. No puedo ocultar mi bostezo y me río de mi mala educación.

—Hice sopa, dejé un poco en la olla. ¿Quieres que te sirva? —le ofrezco de pie junto a la estufa.

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